En el Sur de Chile, entre lagos y montañas, está germinando una nueva ruta creativa, donde los viajeros ya no sólo disfrutan de los paisajes sureños, sino que descubren nuevas habilidades para expresar sus emociones a través del arte, la música y la artesanía. Se trata de la ruta creativa del Lago Llanquihue, una propuesta desarrollada por emprendedores de toda la cuenca, quienes abren sus casas y talleres para enseñar sus oficios a los viajeros y las viajeras.
Recorriendo la ruta creativa del Lago Llanquihue
Hace unos días tuve la suerte de viajar hasta el Lago Llanquihue para participar de un viaje de prensa organizado por los amigos de Let’s Go Experience. Durante dos jornadas recorrimos la cuenca de Lago Llanquihue y las hermosas localidades de Puerto Octay, Puerto Varas, Llanquihue y Frutillar.
Nuestro centro de operaciones estuvo en Foraneo, unas hermosas cabañas junto al río Maullín, en las inmediaciones de Puerto Varas. Despertar junto al río, ver la niebla de la mañana y la aves merodeando por el lugar era un hermoso preámbulo de lo que sería el resto del día.
Día 1: De lanas, botes y rock
Puerto Octay
Doraliza Hueichan
Nuestro primer día en la ruta creativa del Lago Llanquihue comenzamos recorriendo la cuenca hasta Puerto Octay, específicamente a la Comunidad Mapuche Llaitul Panguinao, donde Doraliza Hueichan nos mostró la manera en que elabora sus propias lanas, utilizando colorantes naturales que recoge desde la naturaleza para su emprendimiento Lalun.
El Mesón Carpintero
De regreso a Puerto Octay hicimos una parada en el Mesón Carpintero, un hermoso café ubicado justo frente a la iglesia del pueblo.
Botes de Octay
Nuestra siguiente parada fue en Botes de Octay, donde nos mostraron la manera en que realizan botes a escala junto a los viajeros que visitan el lugar. De esta manera rescatan y comparten una tradición típica de la zona, donde efectivamente se fabricaban embarcaciones.
Ploc
Un dato importante, es que las organizaciones de Puerto Octay se han unido en la Corporación Plan Puerto Octay para resguardar la riqueza arquitectónica de la ciudad y velar por un desarrollo sustentable.
Frutillar
Casa Maquis
Luego de esas hermosas experiencias de turismo creativo nos trasladamos hasta Casa Maquis en Frutillar, donde nos recibieron con una exquisita crema de zapallo y nos enseñaron a preparar empanadas veganas. Todo con una hermosa vista a los volcanes, música de cantantes chilenas y la cordialidad de Maquis.
Con la guatita llena y luego de hacer mis primera empanadas de la vida, regresamos hasta Puerto Varas para realizar nuestra última parada.
Puerto Varas
Estación Rock
En Estación Rock fuimos recibidos por Hernán Rojas Perrosky y su equipo, quienes nos hicieron una dinámica grupal para aproximarnos al origen de la música desde lo tribal. Luego de eso realizamos una maravillosa experiencia grupal, donde tuvimos la oportunidad de utilizar diversos instrumentos y componer una canción entre todos y todas.
Fue una experiencia muy entretenida y gratificante. 100% recomendable.
Día 2: De tejidos, tapas, cerámica y cestería
Artesanas de Llanquihue
Nuestro segundo día lo comenzamos visitando la hermosa ciudad de Llanquihue. Ahí, junto a un humedal, nos dirigimos a la Cámara de Comercio de Llanquihue, donde nos estaban esperando un grupo de artesanas para enseñarnos a realizar diversos oficios típicos de la zona, como el hilado de lana, la elaboración de tejidos en telar, la pintura con lanas y la orfebrería. Fue una experiencia muy rica para todos nosotros. También nos permitió poner en valor el trabajo y las creatividad que hay tras las artesanías elaboradas en el Lago Llanquihue, las que muchas veces se inspiran en las características naturales y culturales del territorio.
Aquella mañana compartimos con Lancuyen, Encanto del Lago, Rescatando Mis Tradiciones y Lientur Lafken.
De regreso a Frutillar
Blanca & Co
Luego de una mañana repleta de ricas experiencias, volvimos a Frutillar para aprender a preparar exquisitas tablas elaboradas con productos de la zona en Blanca & Co, además de disfrutar de un rato agradable, degustando quesos y charcutería, junto a una copa de vino en una hermosa cocina y la grata compañía de Blanca.
De ahí nos fuimos caminando por el borde costero de Frutillar, disfrutando del paisaje y una hermosa tarde soleada.
Cerámica y cestería
En nuestra siguiente parada Carolina Ficca y Karla Meyers nos introdujeron en dos hermosos oficios: la cestería y la cerámica gres.
Yo opté por la cerámica gres, ya que mi madre se ha especializado en ella y quería vivir un poco lo que se siente hacer cerámica con las manos. La experiencia fue muy bella, ya que me conectó con este oficio que tanto apasiona a mi madre y en cuyo proceso de trabajo, se entra en una especie de trance.
El Frutillarino
El broche de oro para estos dos días disfrutando de la ruta creativa del Lago Llanquihue fue vivir la experiencia del fogón junto a Ervin Azócar, El Frutillarino, quien nos agasajó con un rico asado, la hospitalidad de su familia y, por supuesto, sus hermosas canciones y sus historias de vida.
