Apuntes de La Habana: El sol se levantaba lentamente sobre la ciudad y algunas personas circulaban por la estrecha calle Mercaderes. Rodeados de construcciones coloniales fuimos avanzando y disfrutando de este paisaje urbano de ensueño. En el trayecto aprovechamos de cambiar euros por pesos convertibles.
La Habana: Plaza San Francisco
Continuamos nuestro camino y llegamos hasta una hermosa plaza dominada por un templo de gran tamaño: la iglesia de San Francisco de Asís. Cuando avanzábamos un grupo de palomas pasó volando sobre nuestras cabezas. Fuera de la iglesia nos encontramos con la estatua levantada en honor a un vagabundo del lugar al que llamaban el loco. A nuestras espaldas se levantaba otro imponente edificio: La Lonja de Comercio. A su derecha vimos El Terminal de Sierra Maestra.
Plaza Vieja

El sol seguía su camino en el cielo y se hacía sentir lentamente. Regresamos a calle Mercedes y continuamos hasta la Plaza Vieja.
Al llegar nos encontramos con una bella plaza de adoquines, rodeada de edificios antiguos y con una fuente al medio. Saqué algunas fotos y nos dirigimos al Café El Escorial. Pedimos expresos, una botella de agua y bombones de chocolate con café. El lugar era muy romántico. El aroma del café, el mozo sonriente tras la barra, un estante con chocolates caseros y las mesas de madera le daban un aire muy acogedor.
Nos sentamos a beber café y mucha agua. Ya casi llevábamos dos horas de caminatas y nuestros cuerpos necesitaban hidratarse. Desde nuestra mesa observábamos a la gente ir y venir. Hasta acá habíamos tenido suerte, el pronóstico de lluvia y tormenta eléctrica no se había cumplido.

Pagamos la cuenta, pasamos al baño y nos pusimos en marcha. Al rodear la plaza vimos que desde la calle Brasil se alcanzaba a divisar la cúpula del Capitolio. Hacia allá partimos caminando a paso lento, observando todo a nuestro alrededor.