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Turista en mi barrio

Turista en mi barrio: Una forma de desarrollar turismo de proximidad en medio de la pandemia y apoyar el comercio local.

Mi barrio tiene todo lo que necesito para vivir, salvo espuma de afeitar y café de grano. Hace tres meses que no voy a un supermercado y que no tomo transporte público. Hace 5 meses que no viajo. En ese periodo de tiempo perdí a todos mis clientes, excepto uno, que cambió de rubro; estuve a punto de dejar mi departamento. Entonces sucedió el milagro. Mis arrendatarios me bajaron el arriendo a la mitad, recuperé un par de trabajos en formato digital y de pronto muchas personas llegaron (virtualmente) pidiendo mis servicios. De un momento a otro me vi con más trabajo que antes de la pandemia y, satisfechas mis necesidades básicas, nuevamente sentí el impulso de viajar. Pero esta vez el mundo era distinto. Salir de casa no era seguro, salvo para comprar alimentos. Entonces se me ocurrió ser turista en mi barrio, particularmente con las experiencias de compra en el comercio local.

Turista en mi barrio

Siempre he creído que viajar es más un asunto de percepción que de kilómetros recorridos. También, siempre he creído que todos los lugares del mundo tienen su encanto o al menos historias dignas de conocer. Y claro, mi barrio no está lejos de mí teoría en lo absoluto.

Yo vivo en cerro Los Placeres de Valparaíso, en un barrio que me encanta porque tiene todo lo que necesito en una forma que me gusta mucho. Aquí no hay supermercados ni grandes tiendas. Pero sí tenemos panaderías, botillerías, carnicería, ferretería y zapatería. 

En la plaza se instala una feria libre con frutas y verduras de temporada los jueves y los domingos. Desde mi departamento tengo una hermosa vista a la ciudad y la bahía de Valparaíso. Los atardeceres de mi balcón son de otro planeta y me siento muy afortunado por eso. El pan batido de la panadería debe ser uno de los mejores del mundo y las mujeres que trabajan ahí siempre me saludan con una sonrisa.

Como si fuera poco, mi barrio es muy antiguo y guarda rincones con muchas historias. Sólo es cosa de salir a caminar para irlas descubriendo. Si tuviera que elegir un lugar del mundo para pasar la epidemia sería exactamente donde estoy aquí y ahora. Y si tengo dos permisos por tres horas para salir a comprar en la semana, los tengo que aprovechar. 

Por Hernán Castro Dávila

El amor por los viajes, la escritura, la fotografía y la comunicación me ha impulsado a forjar mi propio camino dentro del periodismo. Creo en nuestra capacidad de expresión como ciudadanos del siglo XXI. Yo la practico desde mi blog, las redes sociales y la educación. Si queremos que este mundo cambie, debemos comenzar por nosotros mismos.

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