“- Me encantan las puestas de sol. Vamos a ver una puesta de sol… 🌅 Pero hay que esperar.
¿Esperar qué ?
Esperar a que se ponga el sol.
Primero pareciste muy sorprendido, y luego te reíste de ti mismo. Y me dijiste:
¡Siempre creo que estoy en casa! 🏠❤️”
El Principito, Antoine de Saint-Exupéry
Desde niño que alucinaba con los atardeceres. Cuando leí El Principito me sorprendió mucho la idea de vivir en un mundo pequeño, donde te podrías pasar todo el día viendo puestas de sol.
Puestas de sol en cuarentena
Pero de pronto mi vida se restringió a algo más de 50 metros cuadrados y mi ventana era el único punto de conexión con la vida real más allá de las pantallas. Entonces sentí que mi mundo se encogió y las rutinas del día (sin salir a la calle por 4 meses y contando) hacían que el tiempo pasara volando y sólo se viera interrumpido por las llamaradas del cielo encendido cada tarde antes del anochecer.
Entonces dejaba de hacer lo que estaba haciendo, caminaba hasta la ventana y me detenía a contemplar el grandioso espectáculo que cada tarde la naturaleza nos regalaba sobre la bahía.
Y sí, a los 41 años, el avión de la realidad se estrelló contra el piso y de pronto nos vimos como El Principito encerrados en mundos estrechos, donde los días los contamos en puestas de sol que nos recuerdan que hay un mundo allá afuera que nos está esperando, para cuando todo esto pase.
Valparaíso, Chile
25 de junio del 2020