Valparaíso kafkiano: Esta fotografía la tomé en una de mis caminatas de regreso a casa por el cerro Barón. En aquel tiempo ya estaba sintiendo los pasos de abogados vampirescos y operadores políticos en torno a mi persona, cuando ocupaba un cargo directivo en una universidad de la zona. Y es que las ciudades mágicas también esconden personajes siniestros.
Eso lo descubrí en Praga, cuando supe que Kafka era empleado de un seguro y que El Proceso lo escribió como una forma de huir al tedio de su empleo. O en Florencia, donde leí que a Dante lo expulsaron por mucho tiempo de la hermosa ciudad.
El gran consuelo de aquel momento de mi vida eran esas largas caminatas a casa, con la brisa marina en el rostro, las flores coloreando sus quebradas y el paso lento. El mismo que me sacó de esa institución oscura y me condujo a la vida más sencilla, pero más amable del emprendimiento.
Valparaíso, Chile
27 de septiembre del 2018