La zona geográfica que rodea a Coñaripe se caracteriza por contar con gran variedad de termas. Hoy, luego de trotar los 8 kilómetros que separan Pucura de Coñaripe, fuimos en vehículo hasta una de ellas, ubicada en las faldas del Volcán Villarrica.
Para llegar hasta las Termas Pellaifa debimos subir un estrecho camino de ripio, el que se internaba en un bosque de árboles nativos, cruzando puentes y permitiendo divisar pequeñas caídas de agua. Cuando comenzamos el recorrido estalló una fuerte lluvia que no se detendría más durante el día.
Las termas contaban con cuatro piscinas, una de agua caliente bajo una estructura techada, dos tibias, una fría y una de barro. Apenas llegamos, nos cambiamos de ropa y corrimos hasta una piscina de agua tibia. La placidez de dejarse hundir en el agua, a un costado de árboles de gran tamaño mientras las gotas de lluvia caían sobre el rostro, fue una experiencia inigualable.
De ahí en adelante disfrutamos del descanso y la relajación, mientras la lluvia no arreciaba en la región de la Araucanía. Sólo nos detuvimos unos minutos para almorzar unos emparedados y beber unas cervezas. Todo el resto del tiempo estuvimos dentro del agua, cambiando entre las piscinas de agua tibia y caliente.
Al final de la jornada quedamos relajados y con los dedos arrugados. El descanso fue total. Lo difícil fue resignarse a la hora de viaje que nos quedaba para llegar hasta la cabaña.
Como era de esperar, apenas llegamos al hogar nos quedamos dormidos y no supimos del mundo hasta el otro día, cuando despertamos como nuevos.
26 de mayo del 2013
