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Crónicas

Cusco, mi sueño de mochilero

Desde los 15 años Cusco fue mi sueño de mochilero y este mi primer encuentro con la ciudad inca

Cuando recorría a dedo las ciudades de Chile allá por los años noventa, Machu Picchu se divisaba a lo lejos, mágico e inalcanzable. Pasaron muchos años y el destino me permitió volar sobre nuestra cordillera a lugares cada vez más lejanos: Buenos Aires, Río de JaneiroLimaRomaAtenas, París, Barcelona, BangkokHanoiLuang Prabang… Fue así que en nuestro viaje al Sudeste Asiático visitamos las increíbles ruinas de Angkor Wat. En aquel momento volvió a surgir el sueño de llegar a Machu Picchu y conocer la ciudad habitada más antigua de América: Cusco mochilero.

Para cerrar un ciclo que inicié a los 16 años, como en aquel primer mochileo de Punta Arenas a Viña del Mar, este viaje lo hice solo.

Cusco: Un sueño mochilero hecho realidad

Mientras escribo estas líneas bebo un té de coca en la terraza del Hotel Plaza de Armas. Delante mío, la catedral de Cusco se yergue majestuosa y a su derecha la Iglesia de los Jesuitas le compite en magnificencia. La plaza es un espacio amplio rodeado de construcciones coloniales, en cuyos cimientos descansa silenciosa, pero imperturbable al paso del tiempo, la arquitectura del imperio inca. Alrededor se levantan cerros y casas. Desde acá diviso el caminar de turistas, escolares, policías, vendedores y cholas.

Todavía medio lento por la altura, disfruto de esta ciudad arrancada de mis sueños de mochilero y puesta delante de mí, mucho más mágica y maravillosa de lo que me imaginaba. Lista para que me pierda entre sus calles, disfrute de sus sabores y me envuelva en sus paisajes.

29 de octubre del 2014
Cusco, Perú

Por Hernán Castro Dávila

El amor por los viajes, la escritura, la fotografía y la comunicación me ha impulsado a forjar mi propio camino dentro del periodismo. Creo en nuestra capacidad de expresión como ciudadanos del siglo XXI. Yo la practico desde mi blog, las redes sociales y la educación. Si queremos que este mundo cambie, debemos comenzar por nosotros mismos.

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