Categorías
Crónicas

Tres días en Hanoi, Vietnam

Tres días en Hanoi, Vietnam: templos, marionetas, Ho Chi Minh y motocicletas. Una ciudad imposible de olvidar.

No se puede ser indiferente a la historia de Vietnam y los habitantes de Hanoi lo saben. La economía del país se abrió al mundo, pero el sistema político sigue siendo comunista y Ho Chi Minhel ícono nacional por excelencia. La religión es un mezcla extraña para mis ojos occidentales: budismo, animismo y confusionismo. Y las calles desbordan el ritmo caótico como cualquier otra ciudad globalizada del mundo, sólo que aquí casi no hay autos y la economía se mueve sobre muchas, pero muchas motocicletas. Estar tres días en Hanoi fue una experiencia inolvidable.

Tres días en Hanoi

Nuestro primer día en la ciudad fue muy breve. Llegamos casi de noche y agotados tras el viaje desde Laos. Las fuerzas nos dieron con suerte para recorrer un poco el centro de la ciudad y servirnos un plato de Pho, una rica sopa con fideos de arroz y cerdo.

El segundo día la cosa fue distinta. Luego de descansar en un súper hotel a precio de hostal, partimos a recorrer la ciudad caminando, como dicta nuestra costumbre. Disfrutando del caos de la ciudad a cada paso que dábamos, nuestra primera parada la hicimos en el templo de Bach Ma, donde nos encontramos con la figura de un caballo blanco rodeado de ofrendas. Luego seguimos hasta el Lago Hoan Kiem y visitamos el templo de Nogc Son. Rodeamos el lago por unos bellos jardines en medio de la ciudad gris por la contaminación. Pasamos por la catedral de San José, una inmensa construcción al más puro estilo europeo, y nos detuvimos a beber un café vietnamita, uno de los más sabrosos que he probado en la vida. Por la tarde, fuimos hasta el Teatro Municipal de Marionetas en el Agua y disfrutamos de un espectáculo único en el mundo.

El tercer día lo comenzamos visitando el Mausoleo de Ho Chi Minh, debiendo hacer en una larga fila para poder ver al líder embalsamado de la revolución vietnamita. Luego de almorzar un Pho, fuimos hasta el Museo de Bellas Artes y disfrutamos de una muestra de obras tradicionales y contemporáneas, muy interesantes desde el punto de vista estético, histórico y religioso. Finalmente, visitamos un atiborrado Templo de la Sabiduría.

Dejamos los pies en la calle recorriendo Hanoi. En cada esquina nos encontramos con algún detalle sabroso para observar. La ciudad no se detenía delante nuestro, salvo dentro de los templos, donde la gente oraba y prendía inciensos por algunos minutos y luego volvía de regreso al movimiento. Me encantó el ritmo de los vietnamitas: rápido, pero pausado a la vez; serios, pero gentiles. Este es un pueblo con personalidad y Hanoi una ciudad caótica que se debe visitar.

Por Hernán Castro Dávila

El amor por los viajes, la escritura, la fotografía y la comunicación me ha impulsado a forjar mi propio camino dentro del periodismo. Creo en nuestra capacidad de expresión como ciudadanos del siglo XXI. Yo la practico desde mi blog, las redes sociales y la educación. Si queremos que este mundo cambie, debemos comenzar por nosotros mismos.

Deja un comentario