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Crónicas

Entre iglesias y capoeira, Pelourinho íntimo

Las únicas veces que entro a las iglesias católicas es para los bautizos, los matrimonios, los funerales y cuando viajo. En verdad, cuando viajo intento entrar a todo tipo de templos, ya que la religión suele traducirse en bellas representaciones arquitectónicas de la trascendencia y la espiritualidad. Y cómo agnóstico que soy, este tipo de lugares me hace sintonizar con esa búsqueda, en especial cuando veo creyentes devotos o templos demasiado bellos.

En esta búsqueda de la búsqueda he visitado iglesias, mezquitas, sinagogas y templos budistas. Y como buen bautizado en iglesia católica, conozco mejor algunos ritos de esta religión, aunque cada vez la entiendo menos como institución. Dentro de estos ritos, está el de la misa dominical y la apertura de templos históricos al público general sin que te cobren entrada.

Salvador de Bahía, Brasil
Catedral Basílica do Sao Salvador
Salvador de Bahía, Brasil
Catedral Basílica do Sao Salvador
Salvador de Bahía, Brasil
Catedral Basílica do Sao Salvador

Entonces ahí me vi en misa dominical y viajera otra vez, ahora en la catedral de Salvador de Bahía. Respetuoso, me introduje en aquel templo enorme y ceremonioso. Para mi sorpresa estaba permitido hacer fotografías así que hice unas cuantas con el celular y luego con la cámara. La fastuosidad de los adornos y la abundancia del oro se contradecía con la pobreza que rodeaba a Pelourinho.

Salvador de Bahía, Brasil
Rua Portas do Carmo
Salvador de Bahía, Brasil
Rua Portas do Carmo
Salvador de Bahía, Brasil
Pelourinho

De regreso en la calle, avance por Rua Portas do Carmo y aproveche de hacer algunas fotos con la luz de la mañana. Llegué hasta Largo do Pelourinho, hice algunas capturas más y comencé a descender por la calle adoquinada. Entonces me encontré con la Igreja do Rosário dos Pretos abierta y llena de fieles, la mayoría negros. Este espacio me gustó más que la catedral, lo sentí más auténtico. Además la iglesia me sirvió de refugio de una esporádica lluvia que pasó a los minutos.

Seguí bajando hasta un límite simbólico entre el Pelourinho turístico (Con hoteles y restaurantes) para ingresar al Pelourinho más real (Con hostales, bares y habitantes de la ciudad). La separación está demarcada por la Rua Agenor Gomes, una patrulla de policías e hileras de vagabundos conversando, bebiendo o durmiendo.

Esa frontera simbólica detiene a los turistas, pero esa zona, particularmente Ladera do Carmo, Largo de Carmo y Rua do Carmo son bastante seguras de día al menos. Y vale mucho la pena visitarla, ya que se respira un ambiente más tranquilo y cotidiano.

Salvador de Bahía, Brasil
Largo do Pelourinho
Salvador de Bahía, Brasil
Ladeira do Carmo
Salvador de Bahía, Brasil
Ladeira do Carmo

Subiendo por Ladera do Carmo fui haciendo fotos tranquilamente por un calle estrecha, adoquinada y de pronunciada pendiente. Así llegué hasta la Igreja Nosso Senhora do Carmo e Ordem Terceira Do Carmo. Estaba cerrada, pero desde su patio se tenía una bella vista a la ladera y largo Do Carmo. Ahí me quedé un buen rato disfrutando del paisaje.

Cuando iba saliendo una joven me saludó en portugués y me dijo que, si me interesaba, esa iglesia abriría en media hora más. Le agradecí la información, conversamos algo más (Hacía poco ella había visitado Valparaíso) y seguí hacia Rua do Carmo.

Salvador de Bahía, Brasil
Largo Cruz do Pascual
Salvador de Bahía, Brasil
Pelourinho
Salvador de Bahía, Brasil
Pelourinho

No alcancé a caminar mucho cuando noté que ella también iba para allá, así que seguimos juntos. Su nombre era Brenda, tenía 24 años y era fotógrafa. Llegamos hasta Largo Cruz do Pascual y noté que se desvió del camino más turístico. Yo la seguí y de poco entramos a un sector más residencial. Cuando noté que nos alejábamos le sugerí regresar y volvimos a la ruta original a la altura de Rua Direita do St. Antonio. A paso lento fuimos haciendo fotografías y hablando de cierto parecido del paisaje urbano con Valparaíso, especialmente por el uso de colores, el deterioro de algunas casas y el evidente abandono de otras, al mismo tiempo que el conjunto resultaba muy atractivo para fotografiar.

Salvador de Bahía, Brasil
Igreja do Santissimo Sacramento do Passo
Salvador de Bahía, Brasil
Pelourinho
Salvador de Bahía, Brasil
Niño baila capoeira en Pelourinho

Volvimos a pasar por Largo do Carmo y la iglesia aún estaba cerrada. Seguimos descendiendo, pero esta vez tomamos Rua do Passo. Bordeamos la Igreja do Santissimo Sacramento do Passo, hicimos algunas fotos y al seguir bajando nos encontramos con dos hombres y dos niños tocando y bailando capoeira. Los niños no tenían más de tres años y estaban felices dando sus primeros pasos de danza. Junto a ellos, un hombre de mayor edad tallaba el berimbau, instrumento con el que tocan el ritmo de la capoeira, acompañado de dos mujeres jóvenes. Desde una ventana una mujer mayor observaba el espectáculo.

Salvador de Bahía, Brasil
Hombre tallando un berimbau
Salvador de Bahía, Brasil
Pelourinho
Salvador de Bahía, Brasil
Igreja do Rosário dos Pretos

Con toda naturalidad, Brenda les preguntó si podía retratar a los niños y los hombres dijeron que sí. Entre foto y foto, Brenda habló con ellos en portugués. Mientras los chicos seguían danzando. Para mí, este fue uno de los momentos más mágicos del viaje, en compañía de una alegre familia de bahianos en un pequeño pasaje del barrio. Luego Brenda les dio su nombre para que la busquen en Instagram y seguimos nuestro camino.

4 de febrero del 2019

 

Salvador de Bahía, Bahía, Brasil

Por Hernán Castro Dávila

El amor por los viajes, la escritura, la fotografía y la comunicación me ha impulsado a forjar mi propio camino dentro del periodismo. Creo en nuestra capacidad de expresión como ciudadanos del siglo XXI. Yo la practico desde mi blog, las redes sociales y la educación. Si queremos que este mundo cambie, debemos comenzar por nosotros mismos.

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