Todas las mañanas millones de personas en el mundo cumplen con la rutina de trasladarse hasta su lugar de trabajo. La mayoría lo hace en ciudades atestadas de gente, apretados en el micro o el metro. Pero algunos afortunados realizan este mismo trayecto a pie, en ciudades encantadoras y, muchas veces, sin saberlo. Es probable que el hombre y la mujer de esta fotografía estuvieran pensando en sus tareas para el día. Indiferentes al escenario hermoso que sirve de fondo a sus rutinas. Esa mezcla de arquitectura de ensueño e indiferencia cotidiana, es lo que me agrada de esta fotografía que tomé una mañana de enero en La Habana, Cuba.
28 de enero del 2016