Machu Picchu debe ser uno de los paisajes del mundo donde mejor se fusiona la arquitectura con la naturaleza. Observar esta unión conmueve al visitante. Las formas de la piedra siguen las curvas de la montaña con fines agrícolas, habitacionales y religiosos. El templo del sol rinde tributo a los equinoccios y la ciudad adquiere el sentido de la naturaleza. Y fue esta misma naturaleza inaccesible la que salvó la ciudad del invasor cuando el imperio inca cayó en manos de los españoles. La escondió por trescientos años, hasta que fue descubierta en 1911 para maravilla de la humanidad.
Machu Picchu, Cusco, Perú
31 de octubre del 2014