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Crónicas

Humedal de Salinas Chicas

Cerca de Tongoy hay varios humedales. El sábado santo, luego de trotar por Playa Socos y desayunar en el hotel, partimos en busca de alguno.

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Con el vehículo bordeamos la Playa Grande, hasta que llegamos al Humedal de Salinas Chicas. El espectáculo natural sorprende por la belleza y la armonía de un pequeño ecosistema autosustentable en medio de la arena, a un costado del Océano Pacífico. En los humedales el agua dulce emerge desde las capaz subterráneas, permitiendo la vida de gran variedad de plantas y hierbas, las que a su vez sirven de alimento para peces, aves y roedores que habitan el entorno.

La naturaleza deslumbra en colores y formas. Las taguas nadan sobre el agua calma y desde el borde se puede observar un cardumen de pequeños peces que pasea al interior del estanque, efectuando saltos esporádicos sobre la superficie.

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Se agradecen las estaciones con bancas para sentarse a contemplar el paisaje, carteles explicativos de la flora y fauna del humedal, así como la existencia de senderos que facilitan la visita.

9 de mayo de 2012

Por Hernán Castro Dávila

El amor por los viajes, la escritura, la fotografía y la comunicación me ha impulsado a forjar mi propio camino dentro del periodismo. Creo en nuestra capacidad de expresión como ciudadanos del siglo XXI. Yo la practico desde mi blog, las redes sociales y la educación. Si queremos que este mundo cambie, debemos comenzar por nosotros mismos.

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