A lo lejos de las terrazas de Zero Hotel se escucha el murmullo del puerto, con sus grúas, containers y pitos anunciando el retroceso de los camiones y las máquinas de carga; más cerca se siente el sonido de los vehículos descendiendo por el cerro Alegre, mientras las nubes se desplazan sobre Valparaíso, iluminadas por la ciudad en una noche de otoño, quizás la estación más romántica para perderse caminando por pasajes, escaleras y miradores.
Zero Hotel: La magia envolvente de Valparaíso
Desde la terraza en que me encuentro alcanzo a ver una cara de la casa crucero, el edificio Bavestrello, las luces de los barcos junto al espigón, el astillero con un barco en su interior y la falda del cerro Concepción. A mis espaldas se levanta majestuosa una casona de 1880, que fuera residencia del cónsul de los Países Bajos y hoy un maravilloso hotel boutique donde me estoy alojando.
En mi mesa descansa una copa de vino junto a una tabla de quesos, jamones, frutos secos y aceitunas que me acompañan e inspiran mientras escribo estas líneas en mi tablet. Los autos ya dejaron de circular y a lo lejos se escucha el canto de las gaviotas.
A medida que avanza la noche y el contenido de la botella de vino desciende, Valparaíso me envuelve en su disparate de casas encaramadas en lo cerros, nubes iluminadas y barcos en la bahía: Sin moverme de la terraza. Entonces recuerdo por qué me enamoré de esta ciudad mágica e incomprendida, cuyas faldas tienen la capacidad de trasladarte en el espacio y el tiempo.
Cuando cae la noche, mi imaginación romántica y soñadora, percibe estas casas antiguas con otros ojos, se deja llevar por su pasajes y termina sucumbiendo a sus encantos. Y es que a pesar de todo lo que digan, Valparaíso sigue siendo una ciudad que cautiva y encanta; especialmente a aquellos que disfrutamos del arte y la fotografía. No hay nada que hacer al respecto y lugares como Zero Hotel son los portales para que extranjeros, chilenos y porteños podamos traspasar el umbral hacia la magia del puerto.
Una experiencia inolvidable
Sus habitaciones altas se abren en ventanales que comunican al mar azul o a los cerros de colores. Sus puertas, pasillos y lámparas tienen más de un siglo. Sus piezas del siglo XIX han sido refaccionadas para que las habitemos como ciudadanos del siglo XXI y decoradas con fotografías de distintas partes de la ciudad, rescatando espacios más cotidianos y menos turísticos.
El resultado es excelente y se vuelve maravilloso cuando se suma la calidez del personal del hotel. Porteños y porteñas que te hacen sentir como en casa, con una sonrisa y la mejor disposición para atender tus requerimientos como pasajero.
Entonces confirmo por qué esta es la ciudad del mundo que elegí como hogar. Y es porque es de las pocas ciudades donde puedes viajar en el tiempo y en el espacio, sin tener que salir del radio urbano. Sólo necesito cambiar de cerro, encontrar un portal como Zero Hotel y ya está.
Una respuesta a «Zero Hotel: Un umbral para viajar dentro de Valparaíso»
¡Muchas gracias por tu maravilloso artículo sobre nuestro hotel! Queremos agradecerte por el valioso aporte que realizas a Valparaíso al brindar información interesante y mostrar la ciudad desde una perspectiva atractiva y positiva. Es un verdadero placer tenerte como uno de los amigos más entrañables de nuestro hotel. ¡Continúa compartiendo tu pasión por Valparaíso y esperamos verte pronto de nuevo en Zerohotel!