Catalina, mi vecina del cerro Placeres, celebraría su cumpleaños en Olmué. Esa era la oportunidad que estaba esperando, sería cosa de arrendar una pieza y partir a primera hora del día siguiente rumbo a uno de los cerros más bellos de Chile: La Campana.
Contacté a un par de amigos por Facebook y les pregunté si se querían sumar. Tal como me lo esperaba, dijeron que sí. Hice las reservas en el Hotel Scala de Milan, a pasos de la Plaza de Olmué y listo. Se armó el paseo para el primer fin de semana de noviembre.
Rumbo a Olmué

El sábado bajé caminando desde Placeres, tomé el metro tren en Caleta Portales. Me senté junto a la ventana y me fui revisando mis cuentas de Twitter. De vez en cuando levantaba la mirada y disfrutaba del paisaje: Desde el mar, pasando por las casas de Quilpué hasta el paisaje más rural de Limache. El vaivén del metro me relajaba.
Donde Catalina disfrutamos de la tarde comiendo asado y bebiendo cerveza en compañía de amigos y sus niños pequeños. Desde lo alto, se podía distinguir la figura omnipresente de La Campana. A eso de las ocho seguí mi camino hasta la Plaza de Olmué, donde nos encontramos con mis amigos.
Parque Nacional La Campana
Al día siguiente tomamos la micro a eso de las 9. Subimos una calle empinada de tierra e hicimos nuestro ingreso al Parque Nacional La Campana. El guardaparque tomó nuestros datos e iniciamos el ascenso a las 09:30 horas. La hora máxima permitida para comenzar la Ruta del Andista, que es la que lleva hasta la cumbre del cerro.
Comenzamos a caminar bajo el cielo parcialmente nublado. Seguimos un camino de tierra y luego nos internamos por un sendero peatonal rodeado de árboles y en forma de zig zag, casi siempre subiendo. El aire de la mañana era fresco, a nuestro alrededor cantaban las aves y se escuchaba el ruido de nuestros pasos sobre las piedras y la tierra. Pequeñas lagartijas nos observaban caminar desde el piso para luego perderse entre la vegetación y las rocas.
A medida que subíamos comenzamos a transpirar y sentir la suave resaca por las copas de vino que compartimos la noche anterior. Las nubes fueron quedando atrás y la cuesta fue adquiriendo mayor pendiente.
Al principio conversábamos y reíamos. A la hora de caminata íbamos más silenciosos y sudados. Cada tanto parábamos para disfrutar del paisaje, beber agua y comer barritas de cereal.
Tras dos horas de caminar por senderos de tierra y piedras llegamos a la zona de la cueva. Nos acomodamos bajo la sombra de los árboles y almorzamos los sandwiches de jamón, queso y jamón que habíamos preparado la noche anterior. Es increíble como en situaciones como esta el agua refresca más y un simple pan sabe más sabroso.
A los veinte minutos mojamos nuestro rostro con agua de vertiente y seguimos hacia la cumbre. Ahora el sendero -si podía llamarse así- se puso cuesta arriba. Pasamos por la placa de Darwin y la ruta se transformo en un cúmulo de rocas señalizadas con metales rojos que indicaban el camino a la cima.
En este punto, y estando conscientes que quedaba más de una hora de camino, es cuando comienzas a trabajar la perseverancia. Las piernas te duelen, el sol te quema y delante tuyo solo vez piedras desde la que surgen algunos arbustos de los que te sujetas para seguir hacia arriba. Entonces traté de concentrarme en cada paso.
A mayor altura, había menos vegetación, más rocas y una vista cada vez más increíble de la cordillera de la costa. Si habíamos llegado hasta ahí, no nos quedaba más que seguir.
La vista a nuestro alrededor era maravillosa y saber que habíamos llegado hasta ahí caminado era un motivo de orgullo. Me senté en una roca a contemplar el paisaje y me comí una barra energética que sabía deliciosa. Nos sacamos las fotos de rigor y algunas más. Dimos un paseo por la cima, esperamos a que dieran las dos de la tarde y comenzamos el descenso.

2 respuestas a «La Campana: Ascenso a la montaña»
Queda agua de vertientes en un par de puntos del tramo de subida a La Campana, antes de la mina? Pudieron ver la costa de Valparaíso desde la cumbre? Has realizado el trayecto Granizo – Palmas de Ocoa por dentro del parque La Campana? Saludos, y gracias por compartir.
Hola Claudio. Siiii Recuerdo haber tomado agua de vertiente antes de partir a la cima. No he realizado el trayecto Granizo Palmas de Ocoa, ya que no cuento con vehículo.