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La llegada al mundo de Antonio Parra y algunos recuerdos de Valparaíso

Con sus 100 años de vida, Antonio Parra comparte hermosos recuerdos de su vida en Valparaíso.

A Antonio Parra lo conocí en el Café Entre Cerros en Valparaíso. Ya lo ubicaba de vista, pues es un personaje conocido del sector. Es una persona muy amable y no es raro que se acerque hasta uno para conversar.

Así me sucedió mientras esperaba mi almuerzo en Café Entre Cerros. En eso se asomó hasta la ventana del local y se quedó con rostro contemplativo observando la ciudad. No pude evitar hacerle una fotografía, entonces le pedí su número de celular para enviársela y así comenzó nuestra amistad.

Cada cierto tiempo, Antonio me escribía preguntando por mi salud o simplemente para saber cómo estaba. En mayo del 2020 mi situación no era de la mejor. Ya instalada la pandemia del Covid19 en Chile mi emprendimiento digital se había venido al piso y estaba en todo el proceso de reinvención.

Fue en ese contexto que se me ocurrió pedirle a Antonio que me contara la historia de su vida y así, por varios días, fui recibiendo mensajes de audio.

Escribir algo sobre Valparaíso

Debido a que Antonio tendía a contarme sus historia, un día decidí plantearle la posibilidad escribir algunos de sus relatos y esto fue lo que me respondió:

“¿Cómo no voy a querer escribir algo sobre Valparaíso? Incluso me gustaría planteárselo a viva voz. Tengo computador aquí ahora, pero me cuesta ver. Es curioso, estoy como los gatos, veo mejor de noche que de día. Si estoy tranquilo, no tengo problema, tengo buena visión. Pero si estoy tenso, tengo problemas. Así vamos conversando, feliz te contaré como se construyó esta ciudad, con mucho, pero muchísimo esfuerzo”.

Una ciudad de mucho esfuerzo

“Mira el Camino Cintura, lo que hoy se llama avenida Alemania, lo construyeron los reos de la cárcel. Dependiendo del trabajo que hacían, le condonaban los años de cárcel. Y así se creó el Camino Cintura. Costó mucho, porque había lugares de pura roca, de pura piedra. En fin, Valparaíso tiene muchas historias”.

“En 1906 quedó la crema en el Barrio Almendral, de la Plaza Victoria para allá, donde el piso nunca se afirmó bien; a diferencia de la Plaza Victoria para el puerto, donde es pura roca. Y como los gringos no son nada de tontos, por eso construyeron en el cerro Alegre, porque es pura roca. Y no construyeron en el Almendral”.

La llegada al mundo de Antonio Parra

Ese mismo día, unas horas más tarde, me llegó otro audio de Antonio a mi celular:

“¿Usted necesita de que nací? Porque puedo contarle una historia amena, entretenida, alegre. O puedo contarle una historia dramática, como lo es de todo ser que llega a este mundo.”

“En primer lugar yo nací… es decir, mis padres pololearon, se enamoraron y me encargaron a mí… Jejejej… ¡Así de sencillo! Esto fue por allá por el año 20 más o menos, o antes, ya que nací el 20. Mi padre pertenecía al regimiento Maipo y mi madre vivía en Gran Bretaña. Ahí se conocieron y me cuentan ellos que iban a pololear a la Plaza Waddington, frente al Teatro Iris. De ahí vino el amor, que fue muy intenso, según lo cuenta mi madre, porque ella tenía que ir a cada momento a comprar carbón (en esa época no había gas) para calentar la casa y aprovechaba de ver a mi papá. Entonces pasaba comprando carbón no más… Jajaja. Esta historia es divertida. Pololearon, se conocieron y quedaron todos negros por el carbón… Jajajaja. 

“Del resultado de esas cosas, nací yo en la maternidad del Hospital Deformes, junto a la Iglesia de los 12 Apóstoles. Mire el nombrecito que tenía, ¿Se dá cuenta? En esa época se llamaba hospital San Agustín. Casi todo tenía nombre de santos. Ahí nací yo. Cuenta mi mamá que yo era muy bonito. Y como yo era muy bonito, me querían mucho todas las mamás que habían ahí y como mi madre no tenía leche, ellas me amamantaban”. 

“Así parte la historia mía. Nací el 12 de octubre, el día de la raza, que en esa época se celebraba con disfraces y comparsas… Era la fiesta de la primavera que le llamaban. Cuando se descubrió América, yo llegué a este mundo a descubrirlo y a poner mi nota acá. Yo tengo 100 años y un poquito más, porque me inscribieron después, cuando ya tenía 2 o 3 años. Según cuenta mi madre.”

“Según cuenta mi madre cuando ella tenía 16 años también hubo una pandemia, se llamó la peste viruela. Ella contaba que vestía a los muertos y nunca le pasó nada. En su ignorancia no sabía lo que era una pandemia.”

Luego los mensajes fueron cambiando de tema y el tiempo comenzó a escasear. Ya veremos si más adelante retomo las conversaciones con Antonio Parra y seguimos recuperando sus recuerdos sobre Valparaíso.

Por Hernán Castro Dávila

El amor por los viajes, la escritura, la fotografía y la comunicación me ha impulsado a forjar mi propio camino dentro del periodismo. Creo en nuestra capacidad de expresión como ciudadanos del siglo XXI. Yo la practico desde mi blog, las redes sociales y la educación. Si queremos que este mundo cambie, debemos comenzar por nosotros mismos.

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