❤️ Fin de un ciclo. El mundo se detuvo y nosotros con él 🌎. De un día para otro todo cambió y las nuevas circunstancias nos ponen a prueba como personas y comunidades en los más distintos aspectos.
De un momento a otro debemos desarrollar habilidades para las que no estábamos tan acostumbrados en nuestro estilo de vida moderno 🏙. Debimos aislarlos, convivir con otros o con nosotros mismos en forma prolongada, trabajar a distancia 👩🏽💻, trabajar con riesgo de contagio o trabajar en forma no remunerada, estudiar en forma remota 📚, enseñar a distancia, compartir a distancia, comprar un par de veces a la semana 🍎, suspender todos nuestros planes de viajes y esperar a que esta pandemia pase lo más pronto posible.
Pero no pasará. El coronavirus 🦠 llegó para quedarse con nosotros y tendremos que aprender a vivir con él.
Es el momento de viajar hacia dentro 😌, de meditar, de leer 📖, de ver y conversar 📲. Mas ya no de viajar, ni salir a comer, ni a pasear por la ciudad.
El desafío está en la velocidad del cambio, y lo drástico del nuevo estilo de vida. Es el fin de un ciclo y el comienzo de otro ☯️. De lo que podamos aprender en este proceso de reflexión forzada dependerá que sea para mejor. Hasta que volvamos a construir entre todos una nueva forma de relacionarnos en sociedad y con el planeta.
De a poco podremos volver a las calles, de a poco podremos desplazarnos entre nuestras ciudades y quizá un poco más adelante entre países. Seguiremos viajando, pero ya no será lo mismo. Lo más probable es que volvamos a lo local, a disfrutar cosas tan simples como caminar 👣, compartir un café ☕️ o ir al cine 🎥.
Este remezón sanitario nos sacó a todos de nuestras zonas de confort. Y debemos aprovechar el impulso para meditar y hacer los cambios que sean necesarios para ser más plenos y vitales.
3 de abril del 2020