Amo sentir que los paisajes me envuelven y cuando esto sucede en las ciudades mis paseos siempre adquieren un aire más novelesco. Me sucede en Valparaíso; me ha ocurrido en Florencia, Praga y Ámsterdam y me sucedió en Cusco, especialmente en el Barrio de San Blas.
Ascenso al Barrio de San Blas


El ascenso por un calle angosta, con una vereda casi inexistente, las puertas abiertas entre las paredes de piedra y los cuadros, artesanías y figuras religiosas envuelven al visitante desde un inicio. Eso sí, el flujo constante de turistas y vehículos no logra dar la intimidad necesaria. La que se logrará un par de cuadras más arriba, cuando ya escasee el oxígeno para respirar tras la subida y te encuentres frente a frente con la iglesia más antigua de Cusco (1544).
Haciendo fotografías por San Blas

Desde ese punto es cosa de lanzarse a caminar en cualquier dirección, dejarse envolver en estrechos callejones de piedra, toparse con algunas personas e ir haciendo fotografías.

Cada cierto tiempo detente y date vuelta. Atrás te encontrarás con el centro de la ciudad, los cerros lejanos y las cúpulas de las iglesias que compiten por el protagonismo dentro de la ciudad.

Las distintas horas del día cambian los tonos del cielo (mi favorito es el tono azulado del atardecer mientras se prenden las luces de los cerros); las nubes suelen juguetear en el horizonte. Si llega a llover, los adoquines adquirirán un tono más intenso, lo mismo las techumbres, las paredes blancas y los marcos azulados de las puertas y ventanas.
Desayuno o almuerzo en el mercado



Una excelente opción para convivir con los vecinos del barrio es ir hasta el Mercado de San Blas. Además de frutas y verduras, encontrarás puestos que ofrecen desayunos, jugos naturales y almuerzos, la mayoría de ellos elaborados con productos locales.
El lugar es mucho más tranquilo que el Mercado de San Pedro. Ideal para caminar con calma, disfrutar de un plato conversado con el locatario y, por supuesto, excelente oportunidad para seguir haciendo fotografías.
Alojar en San Blas



Una buena opción para disfrutar más del barrio es alojar ahí mismo. Existen muchas alternativas para todos los bolsillos. En mi caso opté por el Hostal Euro’s; un alojamiento sencillo en una casa antigua con patio interior, paredes blancas y vistas diversas al barrio y la ciudad desde las habitaciones, desde estrechas ventanas que dejaban entrar la luz parcialmente.

El servicio de desayuno era bastante sencillo (pan de la zona, mantequilla y té) e irregular (No estaba todo listo y dispuesto para el desayuno dentro de las horas estipuladas). Pero lo más importante para mí era alojar en San Blas a un precio accesible (Aproximadamente $60.000 por 5 noches).

Lo único que podía resultar desafiante era subir a pie esa cinco o seis cuadras. Imposible no llegar jadeando arriba. Pero por sentirse dentro de un cuadro, bien valía la pena.
16 de febrero del 2020
3 respuestas a «El Barrio de San Blas: Un tesoro para amantes de la fotografía»
Excelente! Nos permite conocer nuestros cerros y barrios! Hermosas fotografías!
Muchas gracias María Francisca. ¡Qué gusto leer tus palabras! Un abrazo.
❤️