Categorías
Crónicas

Mi llegada a Valparaíso

Al puerto llegué con una mochila naranja, un par de jeans, algunas camisas leñadoras, tres libros y una copia del diario La Nación, donde yo figuraba entre los seleccionados para estudiar Periodismo en la Universidad Católica de Valparaíso.

Valparaíso, Chile

Llegué a los 17 años, luego de tomar un avión desde Punta Arenas, bajar en Puerto Montt y recorrer el sur mochileando.

Valparaíso, Chile
Avenida Francia, 1998
Valparaíso, Chile
Avenida Pedro Montt, 1998
Valparaíso, Chile
Manifestación estudiantil en Parque Italia, 1998

Mi tío Francisco me recibió de brazos abiertos en una casa del cerro Barón. En el living de su hogar armé mi pieza provisoria. De ahí partí a mi primer día de clases en la universidad.

No me fui más de Valparaíso. Algunas veces viví en Viña del Mar, pero siempre me cautivó más la ciudad puerto. Viví en los cerros Monjas, Alegre, Panteón y Placeres. Carretié en el Barrio Puerto, estudié en la Católica y me enamoré en Playa Ancha, donde años después, terminaría trabajando. Alternando la universidad con mis talleres de Periodismo en una escuela con más de 100 años de historia, ubicada en el Barrio Almendral.

Valparaíso, Chile
Pérgola de las Flores, 2009
Valparaíso, Chile
Café Subterráneo, 2009
Valparaíso, Chile
Mercado Puerto, 1998

Me encanta Valparaíso. Es una ciudad viva, llena de recovecos y pasajes misteriosos; gente alegre, chora y bulliciosa; ferias y vendedores ambulantes; perros callejeros, protestas, gatos, almacenes, panaderías y zapatearías que conviven con supermercados, universidades, iglesias, bares, librerías y tiendas de celulares. Todo eso junto y revuelto, al lado del mar, disperso en los cerros.

Valparaíso, Chile
Pasaje Gálvez, cerro Concepción, 1998
Valparaíso, Chile
Cerro Alegre, 1998
Valparaíso, Chile
Caleta El Membrillo, 1998

En Valparaíso aprendí a sacar fotografías. En sus calles descubrí el rostro de los niños, la mirada de un gato o la forma mágica de algún pasaje escondido.  

Valparaíso, Chile
Cerro Alegre, 2012

Hoy tengo 33 años. Ya llevo 16 viviendo en la ciudad puerto y no me canso de descubrir detalles que me sorprenden y me motivan. Primero a fotografiar, luego a escribir y finalmente a viajar. Porque no se puede vivir en un puerto sin viajar.

28 de noviembre del 2012

 

Valparaíso, Región de Valparaíso, Chile

Por Hernán Castro Dávila

El amor por los viajes, la escritura, la fotografía y la comunicación me ha impulsado a forjar mi propio camino dentro del periodismo. Creo en nuestra capacidad de expresión como ciudadanos del siglo XXI. Yo la practico desde mi blog, las redes sociales y la educación. Si queremos que este mundo cambie, debemos comenzar por nosotros mismos.

4 respuestas a «Mi llegada a Valparaíso»

Como la tuya, hay muuuchas historias de universitarios que desde otras regiones llegamos a Valparaíso y lo amamos desde el primer momento, y en mi caso, de manera incondicional. Un saludo fraterno de otra porteña por adopción/opción.

Valparaíso cautiva, sus casas en los cerros y sus ventanas que miran hacia el mar, enamoran y aprisionan para siempre, mis raíces están en Santiago, pero he vivido en muchas ciudades de Chile, tanto en el Sur con en el Norte pero ahora mi hogar está en Valparaiso y me siento un auténtico Porteño, amo esta ciudad y aquí será donde terminaré mi vida. Saludos.

Deja un comentario