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Bicigreda: Un viaje a las raíces de Pomaire

Pomaire, Chile
Pomaire, Chile
Pomaire, Chile
Pomaire, Chile

Llegué a Pomaire luego de un viaje de casi tres horas desde Valparaíso. El día estaba hermoso. Caminé por una angosta calle lateral, pasé junto a algunas tiendas de artesanía con chanchos de barro observando desde los escaparates y algunos perros salieron a recibirme moviendo la cola en medio del silencio y la brisa fresca.

Pomaire, Chile
Bicigreda
Pomaire, Chile
Bicigreda
Pomaire, Chile
Bicigreda

Unos pasos más allá me encontré con Diego, estrechó mi mano y dibujó una sonrisa bajo la chupalla y unos lentes de marcos gruesos. Caminamos hasta la entrada de su casa, donde colgaba la figura de un cerdo con una bicicleta en su interior. Abajo rezaba el nombre del emprendimiento local: Bicigreda.

Diego me ofreció un vaso de agua y me mostró un mapa de Pomaire elaborado por Sercotec. De bonita factura, era poco fiel a la realidad, ya que sólo destacaba los puestos de venta de artesanía, pero no los lugares donde vivían las personas que estaban tras estos productos tradicionales y que es lo que Diego deseaba destacar.

Del cobre a la greda: La felicidad no está en el dinero

El Tránsito, Chile
Diego Carreño en la casa de su infancia
Pomaire, Chile
Extracción y Molienda
Pomaire, Chile
Diego Carreño, Bicigreda

Diego Carreño trabajó durante varios años en la minería y llegó a un punto en que se cuestionó cuál era su aporte más allá de destruir el desierto. Con el dinero acumulado en su ejercicio profesional se fue a viajar a otros países y culturas para ver qué podía replicar acá. Anduvo por Bolivia, Argentina, Ecuador, Estados Unidos, Vietnam, Camboya, Tailandia y dentro de Chile: “Compartir esas experiencias me hace más feliz que ganar plata”.

Diego es originario de El Transito, un pequeño poblado rural a unos 5 kilómetros de Pomaire. Luego de sus vueltas por América y Asia regresó a su tierra natal. Fue en ese momento que descubrió el interés de las personas que trabajan fuera del circuito turístico por compartir su trabajo.

Pomaire, Chile
Bicigreda
Pomaire, Chile
Bicigreda
Pomaire, Chile
Michelle Castro y Diego Carreño, Bicigreda

El momento de la inspiración final llegó cuando se encontró con una vieja bicicleta cubierta de mierda al interior de un gallinero: “La bicicleta representa el recurso que estaba ahí y nadie veía. Y ahí surgió el desafío de la restauración. ¡Yo quiero restaurar Pomaire!”.

Así fue que empezó a restaurar bicicletas viejas hasta dejarlas casi nuevas, mandó hacer cestos de mimbre donde un artesano local y, luego de un año de trabajo, optó por arrendar una casa en Pomaire.

Allí se instaló con su compañera Michelle Castro y comenzaron a hacer este sueño realidad. Crearon un logo, diseñaron un cartel, sacaron volantes, crearon cuentas en Instagram y Facebook. En base al uso de pallets, Diego diseñó un lugar para guardar las bicicletas, construyó los muebles de la casa (Todos, salvo la cocina y el refrigerador), elaboró una huerta, fabricó botellas de barro (para no contaminar con botellas de plástico) e inventó un sistema para secar frutas, que son las colaciones que dá a quienes lo visitan.

Ya al día con la historia de Diego, tomamos nuestras botellas de barro, fuimos por las bicicletas y partimos el recorrido.

Las manos tras la greda

Pomaire, Chile
Pomaire, Chile

Salimos de la casa de Diego y enfilamos por las tranquilas calles de Pomaire. El aire fresco acariciaba mi rostro y la sensación que tenía era de felicidad. La primera parada fue ante un mural que explicaba de dónde venía el nombre Pomaire. Diego me explicó que en quechua significa puma, pero que también hay otra acepción, en cunza, que hace referencia a refugio de asaltantes.

Pomaire, Chile
Diego Carreño en la casa de extracción y molienda de la greda
Pomaire, Chile
Extracción y molienda
Pomaire, Chile
Extracción y molienda

De ahí nos dirigimos al lugar en el que se procesa la greda, la que se extrae a casi 40 kilómetros de Pomaire. En un gran galpón se apilaba la tierra, que luego era tratada para ser distribuida a los alfareros y artesanos del sector.

Pomaire, Chile
Pomaire, Chile
Pomaire, Chile
Pomaire, Chile
Pomaire, Chile
Pomaire, Chile

Volvimos a las bicicletas y fuimos parando en varios lugares con personajes históricos del pueblo. Lejos de la calle principal, Diego me llevó hasta una cancha de tejo, donde pude lanzar un tiro no tan errado, beber una caña de vino tinto y conversar con el dueño de ese lugar entre trofeos de tejo y un cartel desteñido de Pilsener Cristal. El lugar era como para quedarse el día entero, comiendo parrilladas, bebiendo vino y jugando al tejo. Un universo paralelo.

Pomaire, Chile
Ramón Acuña
Pomaire, Chile
Ramón Acuña
Pomaire, Chile
Ramón Acuña

Pero la ruta debía seguir. Nos montamos en nuestras bicicletas y nos dirigimos a casa de un hombre que hacía cestas de mimbre todos los días, como un mantra sagrado que aprendió de su padre. Para él no existen los feriados. La vida transcurre entre canastos, gatos durmiendo y una radio lejana. Don Ramón Acuña casi no ve, pero ahí sigue afanoso, haciendo canastos de todo tipo. Cuando le dije que era de Valparaíso, levantó su mirada perdida, suspiró y me dijo que él solía viajar a Valparaíso con su padre. En aquellos años viajaban en carreta y el trayecto tardaba 15 días.

Pomaire, Chile
María Bustamante
Pomaire, Chile
María Bustamante

Regresamos a las bicicletas y nos detuvimos en una casa. Una joven no muy convencida abrió la puerta y nos hizo pasar a un taller donde reposaban cientos de cerditos de barro. Su madre, María Bustamante, escuchó atenta a Diego y quedó muy interesada en poder incorporarse como parte del recorrido que él realiza por la ciudad.

Pomaire, Chile
Víctor Vera, alfarero
Pomaire, Chile
Víctor Vera, alfarero
Pomaire, Chile
Víctor Vera, alfarero

Nuestra última parada, ya pasados en la hora, la hicimos donde el alfarero Víctor Vera. Llegamos a un pequeño local atiborrado de pequeñas figuras colgando de alambres y depositadas por todas partes. Saqué mi cámara y Diego me recomendó que leyera un cartel. En el decía que se cobraba $20.000 por cada foto. De un estrecho pasillo se asomó la figura del alfarero, quien como poseído por una fuerza ancestral, comenzó a recitar sobre Pomaire, el origen de su nombre, los ladrones, los artesanos, los alfareros y sus piezas, las que se pueden pisar sin que se rompan, ya que están hechas a mano con técnicas ancestrales que aprendió de su padre.

Tras la aparente rudeza estaba el cariño de un hombre que ama su oficio con el alma. Luego de ver que lo escuchamos atentamente y tras haberle hecho un retrato, nos invitó a pasar hacia su pequeño mundo. El camino era un pasillo estrecho repleto de figuras colgando que me rozaban el rostro y las manos.

Al final del pasillo llegamos hasta una silla y una pequeña mesa con herramientas y figuras de greda. Víctor tomó asiento y nos explicó parte del proceso de trabajo en un taller que no medía más de un par de metros cuadrados. Era un universo comprimido, donde él era un pequeño Dios creador de seres de barro indestructibles. El lugar me encantó y Víctor era como sacado de una leyenda chilena, todo un personaje.

El Tránsito

El Tránsito, Chile
Fabián Carreño, Gloria Ureta, Michelle Castro y Diego Carreño
Pomaire, Chile
Gloria Ureta
El Tránsito, Chile
Empanadas en horno

Mi paseo por Pomaire no podía estar completo sin ir a la raíz de Bicigreda. De regreso en casa de Diego y Michelle, disfruté una deliciosa sopaipilla recién hecha con pebre. Recuperada la energía, tomamos las bicicletas y partimos por 5 kilómetros de camino rural para llegar una hacienda de El Tránsito.

En su interior vivían los papás de Diego: Fabián Carreño y Gloria Ureta. Su madre salió a recibirnos y me saludo con una gran sonrisa. Luego de recuperar el aliento, fuimos a la cocina, donde colaboré en la elaboración de las empanadas que serían nuestro almuerzo. Puse el pino, el huevo y la aceituna sobre la masa blanca para luego cerrarlas. De ahí fuimos a prender el horno de barro.

Mientras se cocían las empanadas Diego me mostró orgulloso la casa de su infancia,el huerto, el gallinero y las colmenas. Sobre nosotros se levantaba la montaña hasta donde se escapaba a observar y registrar la vida de un águila mora. Realmente era un gusto estar ahí.

Regresamos a la mesa, llenamos nuestras copas de vino y brindamos mientras saboreábamos las empanadas recién hechas. En este punto del día mi sensación era de plenitud máxima. Luego de hablar de la vida, Valparaíso y Pomaire, tomamos las bicicletas y regresamos.

Bicigreda es un proyecto con gran potencial, ya que explota la riqueza oculta de Pomaire y la pone en valor para quienes visitan la zona. Además lo hace a través de un método amigable con el medio ambiente, reciclando bicicletas antiguas para el uso turístico. Sólo falta que las personas vengan hasta esta localidad, contacten a Diego y ayuden con su presencia a hacer este sueño realidad. Y tú ¿Cuándo piensas viajar?

11 de abril del 2019

Datos de contacto

Pomaire, Chile
Bicigreda

Bicigreda
Guillermo Barros 107, Pomaire, Chile
+56 994544567
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Pomaire, Melipilla, Región Metropolitana, Chile

Por Hernán Castro Dávila

El amor por los viajes, la escritura, la fotografía y la comunicación me ha impulsado a forjar mi propio camino dentro del periodismo. Creo en nuestra capacidad de expresión como ciudadanos del siglo XXI. Yo la practico desde mi blog, las redes sociales y la educación. Si queremos que este mundo cambie, debemos comenzar por nosotros mismos.

2 respuestas a «Bicigreda: Un viaje a las raíces de Pomaire»

Flaco me gusto tu cronica…. Gran descubrimiento….. Pues uno suele ir por el día a almorzar hasta tan pintoresco pueblo desde Santiago…..

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