Las plataformas digitales están aquí, en las palmas de nuestras manos. La mayoría de los seres humanos en el planeta tiene al menos un perfil en alguna red social y, gracias a la pandemia, casi todos (incluidos los más pequeños) han debido dar el salto al mundo digital. Sin embargo, no es tan fácil existir digitalmente… ¿Qué digo? ¿Cómo lo digo? ¿A quién le digo? son sólo algunas de las preguntas que saltan cuando estamos a punto de comunicar algo. Aquí te explicaré cómo planificar contenidos para entornos digitales y no morir en el intento.
¿Para qué comunicar? 🎯
Siempre es bueno saber para qué queremos comunicar. ¿Deseamos vender algo? ¿Queremos construir nuestra marca personal? ¿O queremos hablar sobre un tema que nos interesa?
En mi caso, yo partí con mi blog buscando un espacio para expresarme y ejercitar la generación de contenidos digitales. Por un tema práctico decidí hacerlo sobre un tópico que me gustaba y practicaba mucho: Viajar.
A los seis años de partir el blog, decidí emprender con él, lo que significó un importante cambio de estrategia. Si quería hacer negocios con mi plataforma debía hacer crecer mi audiencia y generar el interés de mis posibles clientes. Así el hobby dejó serlo y se transformó en un trabajo.
En ambos casos, eso sí, mantuve la pasión por los viajes y el desarrollo de una mirada distinta a la de los medios tradicionales y, también, a la de los influencers.
Cómo planificar contenidos para entornos digitales 📲
¿Qué comunicar? 📰
Aquí la cosa ya se pone más entretenida. Para que todo fluya en el mundo digital debe ser muy orgánico. Sea cual sea el motivo que tengo para comunicar, debo encontrar la hebra dónde empieza la inspiración y comenzar a tirar de ella.
La inspiración no funciona por decreto, aunque algunas empresas de marketing digital y la mayoría de las organizaciones públicas lo crean así. Por eso usualmente publican fotos de autoridades o de productos que poco y nada interesan a sus posibles seguidores. Publicar en forma periódica es lo más básico en el mundo digital, permite cumplir con el objetivo de decir algo, pero está lejos de construir comunidad.
En busca de la inspiración 💡
¿Qué es lo que te mueve? Esto es lo primero que trato de averiguar cuándo comienzo una relación con un nuevo cliente. ¿Por qué haces lo que haces? ¿Cómo comenzó todo?
Las respuestas a estas preguntas usualmente me permiten encontrar la hebra de la inspiración. En organizaciones con un grado mayor de formalización esta respuesta puede estar en la misión y la visión. Claramente este será mi punto de partida, pero no será el único hilo de mi relato.
Hilos narrativos 🧵
Si ya sé lo que mueve a la organización o a las personas con las que trabajo ahí ya tengo una fuente de información. Las otras vendrán de los productos o servicios que se desee comunicar, las personas y el entorno irán sumando elementos para enriquecer el relato.
Estos hilos deben ir intercalándose para no agotar a los seguidores con una mirada en particular y mantener su atención.
Por ejemplo, si vendo lanas, un día puedo hablar de mi tienda, otro sobre por qué me apasiona tejer, también podría entregar un tutorial, algunos datos prácticos, los nuevos productos que han llegado y las ofertas de saldos. De esta manera entrego una información variada y rica sobre mi negocio, manteniendo la atención de mis potenciales clientes.
A esto ritmo narrativo, debo agregar un ritmo de formatos que permita ir pasando de la publicación de texto a una fotografía, luego a una secuencia de fotografías, videos breves, videos largos, videos con loops y otras variables audiovisuales que podemos encontrar en las plataformas de redes sociales, pero que también podemos incorporar en los blogs.
Ya tenemos claro cómo planificar contenidos para entornos digitales. ¿Pero en qué redes sociales hacerlo? ¿Es necesario que cuente con una página web? ¿Puedo programar las publicaciones? Esta historia continuará.
