Luego de recorrer el Ágora y el Templo de Hefesto, bordeamos la parte baja de la Acrópolis y llegamos hasta el Teatro de Dionisio. Ante nosotros apareció la galería, el palco y el escenario del teatro más grande de la antigua Grecia. En él se rendía culto a Dionisio, dios del vino en la mitología griega, patrón de la agricultura y el teatro.
Con el paso del tiempo los rezos alrededor del altar fueron evolucionando a las tragedias clásicas de Esquilo, Sófocles, Eurípides y Aristófanes. Entre muchas obras aquí se representaron Los Persas, Antigona y Edipo Rey.
El Teatro de Dionisio fue construido durante el siglo VI antes de Cristo con una capacidad para 15.000 espectadores. La restauración de este espacio fue efectuada entre 1926 y 1932, dándole la forma que mantiene actualmente.
6 de agosto del 2012
