Categorías
Crónicas

¡Llegamos a Río!

Corrimos la cortina de la habitación 2027 del Hotel Río Othon Palace y nos encandiló el reflejo del sol sobre el Océano Atlántico. Una vez que acostumbramos nuestra vista pudimos distinguir la gran playa de Copacabana, con sus baldosas onduladas, y el Pan de Azúcar.

6903155495_2618774063_b
Favela
6912019191_aaf093a97a_b
El Cristo Redentor
6912184407_49608365e4_b
Morro Pan de Azúcar

Estábamos en Río de Janeiro, la tierra del Bossa Nova, el turismo lujoso y las favelas. Como en una postal sacada de una película de ciencia ficción, las construcciones modernas conviven con enormes cerros repletos de selva, un gran lago y varias entradas de mar.

Es imposible comprender la geografía de Río de Janerio, no queda más que dejarse encantar y disfrutar de este milagro urbano en medio de la selva, con un clima tropical de mucha humedad y altas temperaturas.

6788935700_f54e28df5a_b
Barrio de Lapa
6788970268_cf730982cb_b
Escalera Selarón
6935899815_f6c149fe2b_b
Batucada en la playa

Los cariocas son personas alegres, sensuales y llenas de vitalidad. No sé si será el aire o las raíces africanas, pero la gente irradia una energía que transmiten bailando, corriendo o simplemente sonriendo de manera despreocupada.

Río es una ciudad que deslumbra de belleza y contraste, de fuerza natural y sensualidad.

4 de marzo del 2012

Río de Janeiro, Estado de Río de Janeiro, Brasil

Por Hernán Castro Dávila

El amor por los viajes, la escritura, la fotografía y la comunicación me ha impulsado a forjar mi propio camino dentro del periodismo. Creo en nuestra capacidad de expresión como ciudadanos del siglo XXI. Yo la practico desde mi blog, las redes sociales y la educación. Si queremos que este mundo cambie, debemos comenzar por nosotros mismos.

Deja un comentario