En la película Los Sueños de Akira Kurosawa uno de los personajes visita un museo con obras de Van Gogh y de pronto se ve caminando entre las pinceladas del artista. Siempre aluciné con esa imagen de ensueño… Y mi experiencia en Casa Puente ha sido lo más cerca que he estado de vivir ese momento.
Desde que te asomas al pasaje San Agustín y a lo lejos ves emergiendo de la quebrada esa casona alta con un puente, sientes esa energía asombrosa de Valparaíso. A medida que te acercas el asombro aumenta ante la belleza de la construcción. Pero una vez que cruzas el puente y atraviesas el umbral comienza la magia.
La historia tras Casa Puente

David Tirapegui, de profesión arquitecto, llegó a Valparaíso en busca de una casa antigua para convertirla en hotel junto a su socio. Recorriendo el Cerro Alegre se asomaron por el pasaje San Agustín y se encontraron con esta casa y un letrero de “Se Vende” colgando delante de un frotis rayado, con las ventanas rotas y aspecto ruinoso.
“De pronto vimos esta casa y nos llamó la atención, ya que la vimos desde la quebrada y notamos que tenía cuatro pisos y que en el fondo era como una mansión. Pero cuando la vimos era como una mansión siniestra ya que estaba abandonada y en un estado de deterioro horrible. Ahí notamos que tenía un letrero de “Se Vende”. La pensamos un poco y nos metimos en esto hasta las patas, quedando muy contentos con el resultado”.
David nos cuenta que esta es una de esas casas de Valparaíso que tienen apellido, siendo conocida como la Casa Puente: “Con el hotel le mantuvimos el nombre por un tema de respeto al patrimonio. Tiene la particularidad de que se entra por un puente, tal como lo dice su nombre. Se ingresa por el piso de arriba y vas bajando recorriéndola.”
Para poder habitar la casa tuvieron que trabajar casi dos años con un equipo de maestros, además de partir en busca de inversionistas para el proyecto: “Si no nos hubiéramos metido en este proyecto esta casa hubiera terminado quemada probablemente”.
Cada habitación, una obra de arte

¿Cómo llegaron a desarrollar la propuesta artística del hotel?
“Yo creo que los arquitectos tenemos algo de artistas frustrados. Tenemos placer por el arte y me interesaba darle una impronta, donde el hotel boutique fuera algo más que un hotel pequeñito orientado al huésped. Nuestra idea era que además tuviera un concepto que lo diferenciara.”
“Como me gusta tanto el tema del arte y tenemos algunas redes de contacto con algunos artistas, inventamos esta idea de que cada habitación la desarrollara un artista chileno diferente, entendiendo que era una intervención artística, en el sentido de no colocar cuadros en la habitación, sino que la habitación fuera la obra de arte. Que la gente cuando despierte lo haga dentro del mundo imaginario de ese artista en particular.”
“Cuando partimos con la idea fue súper difícil convencer a los primeros cinco artistas, pero finalmente lo logramos… Y actualmente tenemos lista de espera. Cuando los artistas ven que nosotros potenciamos sus trabajos, que los publicamos, de alguna manera se genera un feedback súper interesante. Sucede que aveces recibimos huéspedes que son seguidores de tal o cual artista y que quieren dormir en su habitación.”
“Además el hotel tiene esto como de galería de arte que está compuesta no por cuadros, sino por habitaciones. De alguna manera, esta propuesta permite al huésped tener una experiencia y cuando vuelve a Casa Puente puede tener otra experiencia distinta, porque puede quedarse en otra habitación. En este sentido alimenta la idea de la experiencia turística”.
Atravesar el umbral de Casa Puente
Una vez que cruzas el puente e ingresas a la casa comienza la magia. Delante tuyo aparece un toro, una pared de botellas, cuadros, sillones rojos y un ventanal con vista al cerro Cordillera.
El tránsito hasta la habitación te hace sentir en una especie de museo onírico, donde hay cuadros, pero también espejos con marcos barrocos, obras que te observan y pequeños ángeles que velan diminutos en las puertas de acceso a las habitaciones.
El amor entre el Pez y la Anguila
Yo tuve la suerte de dormir en la habitación “El amor entre el Pez y la Anguila” del artista Óscar Barra, quien desarrolla el concepto del arte fantástico, explorando un mundo imaginario de formas sinuosas con personajes circenses y coloridos, transportando a mundos oníricos imaginarios.
Dormir y despertar ahí fue maravilloso. Algo que me encanta de alojar en distintos lugares en Valparaíso es descubrir nuevas perspectivas de la ciudad, especialmente a la hora del amanecer y el atardecer. Hacer ese ejercicio desde esa habitación con el pez y la anguila fue espectacular.
La ruta al desayuno

Salir de la habitación por la mañana y bajar por las escaleras del hotel fue otra aventura para los sentidos. Rostros que te observan desde los pasillos, espejos, cuadros y finalmente la llegada al piso inferior, donde un mascarón de proa vigila el área del desayuno.
El desayuno fue abundante y sabroso. Jugo de naranja natural, café de grano, huevos revueltos, y tapados de jamón con queso en masa de mil hojas, más yogurt y quequitos aseguran toda la energía necesaria para comenzar el día, especialmente si saldrás a caminar por Valparaíso.
El broche de oro al terminar el desayuno es asomarse a la hermosa y amplia terraza bajo la mansión, rodeada de árboles y frente al Cerro Cordillera. El canto de los pájaros, la brisa y la tranquilidad del lugar te hacen olvidar que estás en una ciudad con más de 300 mil habitantes.
Un recorrido por las habitaciones de Casa Puente
Como parte de mi estadía en el hotel, tuve la suerte de visitar todas las piezas para hacer un registro gráfico de ellas… Sólo puedo decir que cada una es una propuesta para alucinar y dejarse envolver por este hotel de ensueño en una forma distinta.
¿Y tú ya sabes en qué habitación te gustaría despertar?
Reservas y consultas al correo info@casopuente.cl o al teléfono +56323373801. https://www.casapuente.cl