Las tensiones cotidianas se disipan cuando me escapo de la oficina unos minutos después de almuerzo y paseo por el borde costero de la ciudad. El aire fresco, la amplitud del horizonte y el sonido de las olas me rescatan de mi lista de tareas pendientes y me traen de vuelta a una realidad de cielo, mar y gaviotas. El paisaje y el viento de Playa Ancha me oxigenan y me permiten continuar en forma grata mi jornada laboral.
Playa Ancha, Valparaíso, Chile
7 de noviembre del 2014
2 respuestas a «Una ventana a la realidad»
Playa ancha y sus alrededores son mi infancia mis recuerdos mas profundos y queridos
Yo trabajé 12 años ahí. Disfruté mucho recorriendo sus calles y haciendo fotografías.