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Las calles hablan

Las calles hablan. Uno puede sentir el murmullo en las micros atestadas de gente a las siete de la mañana, caminando entre los vendedores ambulantes al medio día o en el rayado de los muros en pasajes céntricos.

Las calles observan, leen los titulares de los diarios y comparten las cosas que les gustan y no les gustan a través de las redes sociales.

Pero hasta el Congreso, la Moneda o las grandes empresas las voces de la calle no llegan salvo las encuestas, que explícitamente dicen no tomar en cuenta (“no gobernamos para las encuestas”) y silenciosos funcionarios que barren, limpian los baños y redactan comunicados de prensa.

Plaza Echaurren, Barrio Puerto. Valparaíso.
Plaza Echaurren, Barrio Puerto. Valparaíso.

Desde los centros de poder, incluidos los grandes medios de comunicación, no se escucha la voz de la calle, salvo para sacar cuñas aisladas que luego se pierden entre los matinales.

Hasta que cada cierto tiempo, la calle se hace escuchar. Y lo hace haciendo uso de un espacio que considera suyo: la calle misma. La corta, la quema, la raya. Y claro, desde los medios y la Moneda ahí recuerdan la existencia de estos espacios públicos. Por los que nunca, salvo para las campañas, transitan a pie.

Desconexión con la vida cotidiana de los ciudadanos

Revolución en Primavera, Giova. Barrio Puerto, Valparaíso.
Revolución en Primavera, Giova. Barrio Puerto, Valparaíso.

¿Se dieron cuenta que los ciudadanos y ciudadanas transitan como si nada entre las barricadas? ¿Ustedes se imaginan a un senador saliendo por la puerta del Congreso y caminando entre los vendedores ambulantes de Avenida Pedro Montt? ¿O se imaginan a un diputado retirando a su hijo del colegio e intentando subir a una micro atestada de gente para llegar a su casa?

Esos problemas cotidianos con los que convivimos todos los días en Valparaíso, Santiago y muchos lugares de Chile, no están a la altura de nuestras autoridades. Y para qué hablar si son autoridades que vienen del mundo privado y nunca, pero nunca, han tomado una micro a las seis de la mañana para llegar al trabajo. Entonces, no cuesta nada decir con tono socarrón: “Si quiere pagar menos, hay que levantarse más temprano”.

Por eso, ellos no entienden la rabia. Por eso el presidente llama delincuentes a todos los que protestan, es decir, a la gran mayoría de los ciudadanos y ciudadanas de Chile que sí circulamos a pie por las calles. 

Mural en el exterior del Sindicato de Estibadores, Barrio Puerto
Mural en el exterior del Sindicato de Estibadores, Barrio Puerto

Las calles hablan, por eso sería bueno que leyeran las encuestas, que se tomen en serio el nivel de desaprobación que tienen como clase política y que de vez en cuando se den una vuelta por el mundo real. Ese donde el caos, la precariedad y el desorden son más habituales de lo que ellos, desde su burbuja, piensan. 

19 de octubre del 2019

(Fotografía de portada: «La corbata» de Giova en Barrio Puerto)

Por Hernán Castro Dávila

El amor por los viajes, la escritura, la fotografía y la comunicación me ha impulsado a forjar mi propio camino dentro del periodismo. Creo en nuestra capacidad de expresión como ciudadanos del siglo XXI. Yo la practico desde mi blog, las redes sociales y la educación. Si queremos que este mundo cambie, debemos comenzar por nosotros mismos.

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